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España acaba con el mantra de la insostenibilidad del sistema: más ingresos para mejores pensiones

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El Ejecutivo español ha pactado con Bruselas la primera reforma del sistema de pensiones que no implica recortes.
España acaba con el mantra de la insostenibilidad del sistema: más ingresos para mejores pensiones

Tras varias décadas con el mantra de la necesidad de recortar unas pensiones que desde distintos sectores se han calificado como insostenibles, el Gobierno de España aborda una reforma al respecto mediante un acuerdo con Bruselas que tiene el visto bueno de los sindicatos.

Con un aumento de ingresos que saldrá sobre todo de las cotizaciones de los asalariados de mayores ingresos se mantendrán las pensiones actuales, se subirán las mínimas y no contributivas y se garantiza su subida anual en consonancia con el Índice de Precios al Consumo (IPC), es decir, con la inflación.

Hasta ahora, desde distintos sectores, como los partidos políticos de derechas o instancias de la Unión Europea, se había insistido en la necesidad de abordar reformas desde la perspectiva del recorte del gasto, como sucedió hace una década tras el estallido de la crisis financiera y como están intentando otros Gobiernos, como el francés, que enfrenta numerosas protestas por su iniciativa para retrasar dos años la edad de jubilación.

Periodo de cómputo opcional

Una de las principales novedades será la existencia de un periodo de cómputo opcional, es decir, que los jubilados podrán elegir entre dos opciones los años que se utilizan para calcular el monto de la pensión.

Este fue uno de los principales temas de discusión durante los últimos meses en el seno del Gobierno bicolor, formado por el Partido Socialista y Unidas Podemos (UP). El resultado de las negociaciones es la elección entre los últimos 25 años trabajados, que es el modelo actual, o los 27 mejores dentro de los últimos 29 años.

De este modo, cada pensionista tendrá la opción más beneficiosa, que además, será elegida de oficio por la Administración, si bien el afectado podrá indicar que prefiere el otro cómputo.

Este sistema mixto se mantendrá hasta 2044, cuando se acabará la posibilidad de elegir y tan solo quedará el sistema de los 29 años, de los que se eliminarán los 24 peores meses.

El nuevo modelo trata de favorecer a las carreras profesionales más inestables, después de que en las últimas décadas el país pasase de un modelo laboral en el que primaba la estabilidad a otro mucho más precario.

Según las estimaciones de Seguridad Social, este cambio supondrá un mínimo aumento en el gasto, mientras que beneficiará a una amplia mayoría de jubilados.

¿Cómo se financiarán las pensiones?

Las pensiones se financiarán de forma muy parecida a la actual. El gran cambio introducido por el Ejecutivo que lidera el presidente Pedro Sánchez recae en la introducción de nuevos ingresos, que procederán, fundamentalmente, de los salarios más altos.

Así, se procederá a aumentar el tope de la base máxima de cotización. Hasta ahora los salarios de más de 4.500 euros mensuales no cotizaban a partir de esa cantidad. El aumento de esta base máxima se realizará entre 2024 y 2050, de manera que cada año al incremento del IPC se le sumará otro aumento fijo del 1,2 %.

Además, se ha añadido una cuota de solidaridad, que será un aporte de aquellos asalariados que tengan ingresos por encima de la nueva base máxima, pero que después no tendrá repercusión en sus pensiones. Este aporte comenzará siendo en 2025 del 1 % del importe que supere la base máxima hasta llegar al 6 % en 2045.

Para aumentar los ingresos también se creó el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (IMEI), que entró en vigor a principios de este 2023. Consiste en un aumento de la cotización de cada trabajador del 0,6 %, que llegará hasta el 1,2 % en 2029. Pretende reforzar el sistema durante los años en los que deben llegar a la jubilación los nacidos en el 'baby boom' español, básicamente en las décadas de los 60 y 70.

¿Subirán las pensiones?

El Gobierno ya ha garantizado por ley que todas las pensiones se incrementarán anualmente en sintonía con el IPC, un elemento fundamental de la primera parte de la reforma y ampliamente reclamado por los movimientos de pensionistas.

Además, también se garantiza esta revalorización de las pensiones máximas, algo que había sido motivo de discusión durante los últimos meses. Al aumento ligado al IPC se le sumará un incremento adicional de 0,0115 % cada año hasta 2050. Entre 2050 y 2065 se prevén aumentos adicionales.

Por su parte, se realizará un esfuerzo extra para mejorar durante los próximos años las cuantías de las pensiones mínimas y no contributivas.

¿A quién beneficia?

Uno de los colectivos más beneficiados es el de las mujeres que son quienes tienen carreras laborales más inestables y reducciones de jornada o vacíos de cotización debido, sobre todo, a su dedicación al cuidado de dependientes. 

Se verán beneficiadas por la subida de las pensiones mínimas y no contributivas, que son empleadas mayoritariamente por mujeres. Esta medida se prevé que reduzca la brecha de género en las pensiones, que hoy en día supone que la diferencia entre la pensión media de los hombres y la de las mujeres excede el 30 %.

Se persigue que las pensiones mínimas contributivas lleguen al 60 % de la renta mediana y que las pensiones no contributivas alcancen el 75 % del umbral de la pobreza.

Además, el complemento contra la brecha de género aumentará un 10 % en los próximos dos años y se bonificarán hasta siete años de lagunas profesionales, es decir, de periodos en los que se ha dejado de trabajar, que en el caso de las mujeres suele estar motivado por el cuidado de hijos o ancianos.

Apoyo de los sindicatos y rechazo de los empresarios

El acuerdo, pactado primero entre el Partido Socialista y Unidas Podemos, y después con Bruselas, cuenta con el visto bueno de los sindicatos y previsiblemente saldrá adelante en el Congreso de los Diputados con el apoyo de los socios parlamentarios del Ejecutivo.

Se trata de una victoria relevante para el Gobierno por varios motivos. Por un lado, vuelve a dar imagen de buena sintonía entre los dos socios, después de la herida abierta por la intención del Partido Socialista de reformar la ley del 'solo sí es sí' impulsada por el Ministerio de Igualdad, en manos de una de las mayores figuras de UP, Irene Montero.

Por otro lado, se trata de la primera reforma de las pensiones que se va a hacer en Europa con enfoque en los ingresos y no en el gasto. Hasta la fecha, todos los ajustes para abordar el problema de sostenibilidad venían en forma de recortes.

Se trata así de un nuevo objetivo alcanzado en Bruselas, después del tope al gas y de los fondos pospandemia abanderados por Sánchez.

Este miércoles por la mañana los sindicatos mayoritarios del país, CC.OO. y UGT, reúnen a sus direcciones para ratificar el acuerdo sobre las pensiones. Se trata del paso previo para la aprobación de la norma mediante un real decreto ley por el Consejo de Ministros, que después deberá ser avalado por el Congreso.

De "magnífico acuerdo" lo calificó este mismo miércoles el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján. Por su parte, el secretario general del sindicato, Pepe Álvarez, añadió: "Creo que ni el Gobierno esperaba llegar tan lejos. Este acuerdo garantiza el sistema de pensiones".

Por el lado de los empresarios, sin embargo, se ha mostrado el más absoluto rechazo a un acuerdo en cuya negociación ni siquiera han querido participar.

En una entrevista en la televisión pública el martes, Antonio Garamendi, presidente de la Conferencia Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), patronal de los empresarios, sostuvo que se les había "hurtado el debate".

El rechazo de los empresarios responde a que el aumento de ingresos que se prevé para mantener las pensiones saldrá precisamente del bolsillo de los empleadores, que son quienes pagan las cuotas a la seguridad, y que esta reforma pretende aumentar en el caso de los trabajadores con más ingresos.

Por su parte, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, encargado de la reforma, respondió a las críticas. "En los últimos 12 años los costes laborales han subido un 10 % menos en España que en el conjunto del área del euro. España tiene espacio y margen para manejarse prudentemente en estas subidas de costes laborales", dijo el martes a la Cadena Ser.

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