La ministra alemana de Exteriores llega a China en un viaje de "control de daños" tras la visita de Macron
La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha llegado este jueves a Tianjin (China) en visita oficial de dos días durante los que mantendrá conversaciones políticas en Pekín, informa la Agencia Alemana de Prensa (DPA).
Está previsto que Baerbock visite una escuela asociada al proyecto educativo Pasch y una empresa alemana que produce turbinas eólicas. Asimismo, copresidirá la sexta ronda del diálogo estratégico Chino-Alemania sobre diplomacia y seguridad con Qin Gang, consejero de Estado y ministro chino de Relaciones Exteriores, y se reunirá con el principal diplomático del gigante asiático, Wang Yi.
Según la DPA, las conversaciones abarcarán una serie de "temas delicados", que van desde la búsqueda de un mejor equilibrio en las relaciones de Berlín con Pekín hasta el actual conflicto en territorio de Ucrania.
En este sentido, señala que Baerbock buscará oportunidades para una futura cooperación entre Berlín y Pekín mientras reduce los riesgos de la dependencia unilateral de Alemania respecto de China. Además, destaca que uno de sus objetivos pasará por tratar de persuadir a China para que ayude a poner fin a las hostilidades en Ucrania "tan rápida, permanente y justamente como sea posible".
¿Qué dijo Macron?
La semana pasada, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, realizó una visita de Estado a Pekín para reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, y abordar diversas cuestiones, entre ellas, la actual situación en Ucrania.
Durante una entrevista concedida a Politico y a dos periodistas franceses en su avión de regreso, el inquilino del palacio del Elíseo instó a Europa a ser más independiente de EE.UU. para no quedar atrapada en crisis que no son suyas —como la de Taiwán—, subrayando la importancia de la "autonomía estratégica" para el Viejo Continente y la necesidad de reducir la dependencia de Washington en cuanto a armas y energía.
Según Reuters, estos comentarios, que provocaron una reacción violenta en EE.UU. y Europa, evidencian un "desorden" en el enfoque de Occidente hacia la superpotencia asiática en ascenso. Políticos, diplomáticos y analistas europeos consideran estas declaraciones son un "regalo" a lo que denominaron como el objetivo de Pekín de desmantelar la unidad transatlántica.
"Ahora se trata, en gran medida, del control de daños", explicó a la agencia británica Alicja Bachulska, investigadora de relaciones China-UE en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en Varsovia (Polonia), en relación al viaje de Baerbock. "Pero la nube de la visita de Macron es muy grande y aún no está muy claro cómo se desarrollará este equilibrio al final", añadió.