FT: El G7 debe aceptar que ya no puede gobernar el mundo

Las esperanzas sobre un orden mundial basado en la cooperación, que inspiró la primera cumbre del Grupo de los Veinte (G20) países industrializados y emergentes en 2008, se han vaporizado, pero el regreso a la alineación anterior es imposible, opina el principal comentarista económico de The Financial Times, Martin Wolf.

El periodista señala que el orden previo basado en el dominio occidental del Grupo de los Siete (G7) países industrializados "ya se encuentra aún más lejos", por lo que se pregunta qué formato se debe seguir ahora ante la falta de viabilidad de los dos grupos.

Pekín: "Si China es una amenaza, ¿entonces qué son algunos miembros del G7?"

"Por desgracia, una respuesta podría ser la 'división' y otra la 'anarquía'", concluye Wolf, tras señalar que "tanto el momento unipolar de EE.UU. como la dominación económica del G7 son historia".

Aunque el último permanece como el más potente y cohesivo bloque económico del mundo, su proporción en la producción global en términos de paridad de poder adquisitivo ha descendido del 44 al 30 % desde el principio de este siglo. Mientras que la de China ha crecido del 7 al 19 %, convirtiéndola en una superpotencia económica.

El autor del artículo subraya que 19 países han pedido membresía en el BRICS, bloque económico que ya consta de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica y "parece estar de camino a ser una agrupación mundial relevante".

"Está claro que lo que une a sus miembros es el deseo de no depender de los caprichos de Estados Unidos y sus aliados cercanos, que han dominado el mundo durante los últimos dos siglos", afirma el periodista.

En estas circunstancias, sostiene Wolf, el G7 debe "ajustarse a la nueva realidad", en la que ya "no puede gobernar el mundo" que se vuelve "cada vez más dividido". Por lo tanto, sugiere que ese bloque occidental debe "reconocer un enorme cambio" en el poder económico del mundo y "buscar una vía hacia la cooperación".

"La mayor amenaza para la seguridad y prosperidad"

La cumbre del G7, que se celebró en la ciudad japonesa de Hiroshima entre el 19 y el 21 de mayo, prestó especial atención a la influencia china en el mundo.

Así, los líderes del grupo conformado por Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea tacharon a China de "la mayor amenaza para la seguridad y prosperidad globales" y aprovecharon la reunión para discutir cómo abordar colectivamente al gigante asiático.

Por su parte, Pekín instó al grupo a abandonar la vía de la confrontación y, en su lugar, recomendó volver al "camino correcto de la cooperación". "El G7 habla de 'avanzar hacia un mundo pacífico, estable y próspero', pero lo que hace es entorpecer la paz internacional, dañar la estabilidad regional y suprimir el desarrollo de otros países, acciones que no tienen credibilidad internacional", denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.