El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, reveló este viernes en una entrevista con Reuters que uno o dos de los miembros del equipo de expertos internacionales que elaboraron el informe que dio el visto bueno al vertido por parte de Japón de agua radiactiva tratada procedente de la averiada central de Fukushima podrían haber expresado preocupaciones al respecto.
"He oído decir eso [...] Pero, de nuevo, lo que publicamos es científicamente impecable", afirmó Grossi al ser preguntado sobre si hubo desacuerdo entre los expertos que prepararon el informe. En ese orden, afirmó que ninguno de los expertos le llegó a plantear directamente tales preocupaciones.
Sin embargo, el director del OIEA admitió que el informe no suponía un respaldo al plan y que Tokio debía tomar la decisión final. "No respaldamos el plan ni recomendamos que se cumpliera. Dijimos que ese plan era coherente con las normas", declaró.
Según el alto funcionario, el organismo "no toma partido". "Las normas se aplican a todos por igual", afirmó.
Asimismo, reconoció que comprende las preocupaciones, porque "nada idéntico" a este vertido había ocurrido antes, pero añadió que también hay "ciertas agendas políticas" vinculadas a las críticas al plan.
El informe presentado este martes por Grossi concluye que el controvertido plan del Gobierno japonés "tendrá un impacto radiológico insignificante sobre la población y el medio ambiente". "Basándose en su evaluación exhaustiva, el OIEA llegó a la conclusión de que el enfoque elegido para el vertido del agua [...], así como las actividades relacionadas por parte de Japón, cumplen las normas internacionales de seguridad que son aplicables", subrayó el director general del organismo.