Cinco rincones inolvidables y poco conocidos de Moscú
La capital de Rusia es una de las ciudades más grandes del mundo, con infinidad de lugares de interés turístico. Sin embargo, además de los sitios de obligada visita para los visitantes extranjeros, como el Kremlin, la colina de los Gorriones, el Parque Gorki o el Centro Panruso de Exposiciones (VDNJ), existen otros lugares menos conocidos que vale la pena visitar. Aquí tiene cinco de ellos.
Palacio de Arjángelskoye
Esa finca histórica, construida a finales del siglo XVIII y ubicada a 20 kilómetros de Moscú, fue conocida entre sus contemporáneos como 'el Versalles ruso'. Muchas instalaciones y elementos de diseño original han sobrevivido hasta nuestros días, lo que permitió al palacio obtener el estatus del objeto particularmente valioso del patrimonio cultural de Rusia.
Parque Zaryadye
El parque Zaryadye, uno de los más jóvenes de Moscú, se ubica en el corazón de la urbe, en los aledaños de la Plaza Roja, y destaca por sus zonas verdes intercaladas en el paisaje urbano. En Zaryadye se encuentra el célebre puente "flotante", suspendido sobre el río Moscova, con vistas a los principales puntos de atracción de Moscú, como el Kremlin con sus catedrales y palacios y la catedral de Cristo Salvador.
Metoquión de Krutitsi
El maravilloso conjunto eclesiástico de Krutitski, con sus abundantes azulejos, es un 'portal al pasado' que nos traslada al Moscú del siglo XVII. Los orígenes del metoquión de Krutitski se remontan al siglo XIII, tras la invasión mongola-tártara de la Rus medieval, pero su auge se vincula con la Época de los Problemas, cuando desempeñó un papel clave en el mantenimiento de la presencia ortodoxa.
Kolómenskoye
Kolómenskoye es la antigua residencia suburbana de los grandes duques y zares de Rusia. Su primera mención se remonta al siglo XIV, durante el reinado del príncipe moscovita Iván I de Rusia. La iglesia de la Ascensión de Kolómenskoye, construida en el siglo XVI con motivo del nacimiento de Iván el Terrible, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Aquí se han conservado testigos de la historia del Estado ruso: torres increíblemente hermosas, antiguas iglesias y ejemplos excepcionales de arquitectura en madera.
Parque de la Victoria, en la colina Poklónnaya
La colina tuvo antaño una gran importancia estratégica, ya que presentaba la mejor vista de la capital rusa. Hoy en día, la zona alberga el Parque de la Victoria, un museo al aire libre donde se exhiben numerosos tanques y otros vehículos de la Segunda Guerra Mundial. Durante la invasión napoleónica de Rusia, en 1812, el emperador francés esperó aquí en vano a que los rusos le entregaran las llaves del Kremlin.