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Última oportunidad para un hombre que sería el primero en ser ejecutado por el síndrome del bebé sacudido

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Según lo programado, Robert Roberson recibirá en la tarde de este 17 de octubre una inyección letal. Sin embargo, su defensa no desiste para salvarlo y demostrar que no mató a su hija.
Última oportunidad para un hombre que sería el primero en ser ejecutado por el síndrome del bebé sacudido

El estado de Texas (EE.UU.) tiene previsto ejecutar este jueves a Robert Roberson, condenado hace más de dos décadas por la muerte de su hija de 2 años, quien podría convertirse en la primera persona sometida a pena de muerte en el país por, supuestamente, sacudir a un bebé y provocar su fallecimiento, informa la agencia AP.

La sentencia ha provocado gran controversia y se ha desarrollado en medio de un intenso debate sobre si en realidad es culpable o no. Sectores bipartidistas locales e incluso el detective principal del caso, Brian Wharton, han intentado salvar la vida de Roberson, de 57 años, argumentando que fue condenado con base en evidencias científicas erróneas y ahora obsoletas.

En un último esfuerzo por detener su ejecución, después de una serie de rechazos judiciales, un panel de la Cámara de Representantes de Texas emitió una citación extraordinaria que exige que el condenado testifique en una audiencia la próxima semana. Abogados y expertos aseguran que se trata de una medida judicial  y sin precedentes que podría retrasar potencialmente la ejecución, ordenada por un juez, recoge el diario The Texas Tribune. Sin embargo, no está claro qué podría pasar en las próximas horas porque la decisión genera un enfrentamiento entre la rama legislativa y el poder judicial.

Poco antes, en esa misma jornada, la Junta de Indultos y Libertad Condicional rechazó por unanimidad la solicitud de clemencia de Roberson, impidiendo que su pena fuera conmutada por cadena perpetua o al menos retrasada. De este modo, la defensa parece quedarse sin recursos antes de que el convicto reciba este 17 de octubre una inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville, como está previsto. Hasta ahora, los jueces de Texas han rechazado todas las apelaciones legales.

En este momento, las únicas dos opciones reales que tiene Roberson para evitar la muerte son un indulto de mano del gobernador de Texas, Greg Abbott, o que la Corte Suprema apruebe una solicitud pendiente de suspensión de sus abogados. Al respecto, AP señala que Abbott, en sus casi 10 años en el cargo, solo ha detenido una ejecución inminente (2018), y que el tribunal más importante del país rara vez ha concedido indultos de última hora. 

El caso

Roberson, que padece autismo, llevó a su hija Nikki Curtis a urgencias la noche en que resultó herida en 2002 y dijo al personal médico y a la Policía que se había caído de la cama después de haber estado gravemente enferma durante una semana. Sin embargo, las autoridades lo acusaron de haberle provocado múltiples traumas en la cabeza y otras partes del cuerpo. Los médicos atribuyeron el deceso de la menor al síndrome del bebé sacudido, que se refiere a una serie de complicaciones a raíz de una lesión cerebral grave debido a una caída, una sacudida o un impacto violento.

La sentencia de muerte se dictó en 2003 tras ser declarado culpable de asesinar a su hija basándose únicamente en la teoría de dicho síndrome. Desde entonces, Roberson ha insistido en que la muerte fue natural y accidental. Además, sus abogados han sugerido que la fiscalía usó el autismo en su contra, ya que los investigadores comenzaron a sospechar de él por su falta de empatía ante lo sucedido. No obstante, el trastorno, que afecta la comunicación e interacción con los demás, aún no se lo habían diagnosticado en el momento del presunto crimen.

¿Crimen o equivocación? 

La defensa del hombre se basa en la premisa de un diagnóstico erróneo del síndrome ya mencionado. Si bien los fiscales sostienen que la evidencia de abuso sigue siendo convincente y que Nikki sufrió múltiples traumas, los abogados del implicado creen que los médicos se equivocaron al relacionar las lesiones con el síndrome. Además, sostienen que nuevas pruebas han demostrado que la niña murió por complicaciones relacionadas con una neumonía grave. Su estado progresó a sepsis y probablemente fue acelerada por medicamentos que no deberían haberle sido recetados y que le dificultaron respirar, dijo Gretchen Sween, abogada de Roberson.

Los letrados, así como legisladores de Texas y médicos, creen que se emitió una condena basada en evidencia científica errónea y ahora obsoleta, ya que profesionales médicos y expertos legales coinciden en que la comprensión científica de los diagnósticos de bebés sacudidos ha cambiado y evolucionado. Sin embargo, en una audiencia en 2022 para considerar nueva evidencia, un juez rechazó las teorías de la neumonía y otras enfermedades.

Por otro lado, en el caso de Roberson se ha cuestionado el deficiente uso de una ley de 2013 que permite a los tribunales revocar una condena cuando la evidencia científica que constituye el núcleo de un caso haya cambiado o haya sido desacreditada. El convicto ha intentado hacer valer la ley basándose en nueva evidencia científica, pero sus argumentos han sido ignorados. El mes pasado, un grupo de 86 miembros de la Cámara estatal firmó una carta pidiendo el indulto. Algunos de ellos cuestionan las deficiencias de la ley que se creó para condenas como la de Roberson. El Comité de Jurisprudencia Penal planea hacer los cambios necesarios en la llamada ley de "ciencia basura" de Texas.

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