En un partido de fútbol entre los equipos de la Liga ucraniana Kolos y SeaSters, que tuvo lugar el domingo pasado, la jugadora Irina Maiborodina fue amonestada con una tarjeta amarilla no por un lance de juego, sino por su elección de idioma para comunicarse.
Corría el minuto 42 del encuentro cuando la árbitra FIFA Anastasiya Romaniuk sancionó a la jugadora del SeaSters por hablar ruso, recogen medios locales.
"No hablamos el idioma de Rusia aquí. Tarjeta amarilla por desobediencia. Y le pedí a la jugadora que se comunicara en ucraniano. Esto es el campeonato ucraniano", declaró Romaniuk cuando el técnico visitante pidió explicaciones.
El SeaSters, de la región de Odesa, históricamente rusohablante, obtuvo la finalmente la victoria 1-2.
Represiones contra el idioma ruso
Desde el golpe de Estado del 2014 —respaldado por Occidente—, Ucrania ha aprobado diversas leyes que restringen el uso del ruso en el ámbito público.
Los escándalos lingüísticos son frecuentes en el país. Políticos y figuras influyentes han hecho campaña para estigmatizar su uso. En Internet abundan videos en los que ciudadanos ucranianos rusoparlantes son objeto de insultos y agresiones.
Recientemente, la famosa escritora infantil Larisa Nitsoi afirmó que la nueva generación de ucranianos debería ser educada para "darles una paliza a los niños" que hablen ruso.
Moscú señala que el trato que recibe la población rusohablante en Ucrania es una de las causas clave del conflicto actual.