El presidente colombiano, Gustavo Petro, reiteró este jueves que las operaciones militares que lleva a cabo EE.UU. en aguas del mar Caribe y del océano Pacífico bajo el alegato de combatir a los cárteles, son contrarias a lo que consagra el derecho internacional.
"Este tipo de maniobras, nosotros creemos [que] rompen el derecho internacional. EE.UU., con este tipo de acciones, está cometiendo ejecuciones extrajudiciales. Sea que los lancheros sean culpables de llevar cocaína, sea que no lo sean, en ambas circunstancias hay un uso desproporcionado de la fuerza que es castigado por el derecho internacional humanitario", declaró el mandatario en una alocución, para establecer el origen de su más reciente disputa con Washington.
En contraste de lo señalado por las autoridades estadounidenses, dijo, su Gobierno ha sido "el más eficaz en la incautación de cocaína de la historia del mundo". "Esto ahora se está oscureciendo y no debe oscurecerse", recalcó, para luego insistir en que no se trata de la destrucción de hojas de coca sino de "su transformación química", declarada ilegal por las Naciones Unidas y cuyo trasiego está penalizado en todo el orbe.
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— Canal N (@canalN_) October 23, 2025
Nueva estrategia para el nuevo narcotráfico
Este resultado, abundó, se explica porque el Ejecutivo que lidera, construyó una estrategia que efectivos militares y policiales pusieron en marcha de manera coordinada. "No es que las fuerzas militares van por un lado, la fuerza pública va por un lado y, el presidente, por otro. No, yo di y construí la estrategia", puntualizó.
A este respecto, explicó que en lugar de centrarse en la erradicación forzosa de cultivos, política defendida por EE.UU. como parte de la así llamada "guerra contra las drogas" e implementada en su país desde la década de 1990, decidió poner el foco en los narcotraficantes, toda vez que las cifras oficiales dan cuenta del fracaso de este enfoque, que además deja como víctimas colaterales a los campesinos y sirve de abono a la violencia armada que sacude a Colombia desde hace décadas.
"El narcotraficante ha tenido variaciones en Colombia. Del capo que ustedes veían por televisión, que llamaban Pablo Escobar en la ciudad de Medellín o los Rodríguez Orejuela en la ciudad de Cali […], esos capos se fueron transformando a lo que hoy es la verdadera red de capos de la cocaína, que en general no viven en Colombia. Algunos son colombianos, muchos pertenecen a mafias europeas diferentes, articulados con los colombianos […] y aliados a mafias que se han configurado en América toda", caracterizó.
Aseveró asimismo que "el mercado de la cocaína hoy es dominado por multinacionales globales, que no viven de las lanchas que ustedes [EE.UU.] sacan por televisión bombardeadas, ni en los campos de hojas de coca que hay en Colombia y en otros países, ni en esta ciudad [Bogotá] siquiera. Viven en las grandes ciudades del mundo y mueven sus capitales, dado que son multinacionales, a través de los circuitos financieros del capital del mundo".
Por su lado, el presidente de EE.UU., Donald Trump, insistió en vincular a su par colombiano con el narcotráfico, sin ofrecer prueba alguna. "Es un matón, es un hombre malo y está produciendo mucha droga. Tienen fábricas de cocaína", sostuvo en una conversación con la prensa, en la que también ratificó su decisión de retirar todos los subsidios entregados al país suramericano.
La acusación infundada, pronunciada por primera vez el pasado domingo, trajo consigo un 'impasse' diplomático entre Washington y Bogotá que, no obstante, Petro intentó superar tras reunirse con el encargado de negocios de EE.UU., John McNamara, a quien entregó un documento con tres propuestas para fortalecer el programa de erradicación de cultivos de hoja de coca en suelo colombiano.


