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Crece el descontento japonés hacia la presencia de bases de EE. UU.

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Entre los ciudadanos nipones se escuchan cada vez más críticas hacia la presencia de bases militares de Estados Unidos ubicadas en el territorio de la isla japonesa de Okinawa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Entre los ciudadanos nipones se escuchan cada vez más críticas hacia la presencia de bases militares de Estados Unidos ubicadas en el territorio de la isla japonesa de Okinawa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Según los últimos sondeos públicos, casi el 18% de la isla principal de Okinawa está ocupada por bases norteamericanas. “Se nota el ruido originado por los aviones que puede molestar a los ciudadanos. También hubo varios accidentes y se cometieron varios crímenes en las bases”, cuenta un observador israelí. No obstante, "las bases norteamericanas ayudan económicamente, ya que mucha gente de Okinawa tiene su empleo allí o depende de alguna manera de ellas", añade.

Pero el amparo no es la única cosa que representan ahora las bases para los vecinos de Okinawa. Para muchos, las bases destinadas a la protección son más bien un estorbo y un fastidio. “Yo no repudio a la gente norteamericana, pero a veces nos causan problemas con sus aviones a reacción y el ruido que provocan”, dice Narumi Genka, residente de Okinawa. “En 2004 un helicóptero se estrelló y cayó directamente en el techo de la Universidad de Okinawa. Eso fue una pesadilla”, recuerda.

Pero no es solamente la gente común y corriente la que aspira a alcanzar cambios. Los políticos también entran en la lista de los que están buscando cambiar la situación. “Han pasado más de 60 años desde la Segunda Guerra Mundial, el 70% de las bases estadounidenses en Japón se ubican aquí, en Okinawa. Ahora cuando las medidas y programas de seguridad se introducen en países asiáticos, queremos que EE. UU. reduzca el número de bases”, dice Denny Tamaki, miembro de la cámara de representantes de Japón.

Uno de los argumentos más fuertes para suprimir las bases norteamericanas es la alta tasa de criminalidad que se genera debido a la presencia de los extranjeros. La mayoría de ellos están relacionados con la negligencia en la conducción o con situaciones de indecentes con personas ebrias. Pero también se registran delitos mayores, como violaciones o asesinatos.

El asunto se complica por el carácter especial de la situación: “Si se producen crímenes, los servicios de seguridad japoneses no pueden estudiar y ocuparse de su investigación directamente. Están obligados a acudir al comando de las bases de EE. UU. que aquí desempeña el papel de intermediario”, explica Denny Tamaki. Según la legislación, en caso de conflictos que afecten a Japón, la parte norteamericana tendrá que actuar como si fuera una parte del Ejército del 'país de sol naciente'.

Pero pese a una opinión pública tan negativa respecto a las bases norteamericanas en Japón, la situación de China, que diariamente va ganando puntos en la arena asiática, y la inestabilidad en Corea del Norte, hacen poco probable que las tropas norteamericanas se vayan a marchar de donde se han acostumbrado a estar permanentemente.

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