Una planta rusa recicla proyectiles de artillería

A la planta mecánica de la ciudad rusa de Kirov, al oeste de los Montes Urales, llega un nuevo cargamento de materia prima. Son cabezas de proyectiles de artillería pesada que se reciclarán aquí.

Todas ellas pasaron previamente por el procedimiento de desarme en uno de los arsenales del ejército ruso. Se les desactivaron los detonadores y se extrajeron los explosivos.

En realidad, estas municiones desactivadas regresan a su lugar de origen. En 1979, precisamente en esta planta mecánica, se instaló la línea de producción de proyectiles. Era una obra maestra de ingeniería rusa con una altísima productividad y la máxima eficiencia en el procesamiento de metales.

En aquel entonces no había nada semejante, no sólo en toda la ex Unión Soviética, sino tampoco en el resto del mundo. Los diseñadores de esta línea de producción obtuvieron los galardones gubernamentales más prestigiosos. Pero llegaron los años 90 con reajustes económicos y recortes del presupuesto militar.

Ludmila Vyuguina, directora general de la obra, dice: “En 1990 el Gobierno nos excluyó de la lista de proveedores de la industria militar. Tuvimos que parar las líneas de laminación, hacer trabajos de conservación de las máquinas y despedir a mas de 200 trabajadores.”

Sin embargo, un pequeño grupo de entusiastas continuó trabajando en la planta, produciendo alambre para la industria. Poco tiempo después arrancó el proceso de reciclaje de proyectiles de artillería. En varias exposiciones internacionales el proceso tecnológico fue premiado con medallas de oro.

“No hemos necesitado hacer prácticamente ningún paso tecnológico nuevo,” explica Ludmila Vyuguina. “Hicimos la modernización mínima del equipo. Se trata de tecnologías dobles. En cualquier momento con este parque de máquinas podemos renovar la producción de cabezas de proyectiles”.

Mientras tanto, ahora en la lista de artículos, además de los tubos sin costura, figuran casquillos para cadenas de oruga de tractores, manguitos y conexiones para tubos de compresión y bombeo.

Para la industria metalúrgica las cabezas de los proyectiles son de poco valor. Las municiones se fabrican con acero de aleación y carbonatado que prácticamente se evapora en los hornos. La planta de reciclaje es el ejemplo más provechoso y, quizás, más ingenioso del reciclaje de armas comunes.

Para deshacerse de estas municiones cuyo plazo de almacenamiento se ha vencido, Rusia necesita reciclar anualmente 400.000 toneladas de proyectiles de artillería.