Gran Bretaña: el 'fantasma' de la Guerra Fría recorre Oriente Medio
La aspiración de Irán de seguir adelante con su programa nuclear podría desencadenar una carrera armamentística nuclear en Oriente Medio que incluso empequeñecería a la Guerra Fría que enfrentó a EE. UU. y a la URSS en el siglo XX, aventura William Hague, ministro británico de Exteriores.
Así, mientras se vislumbra una pequeña posibilidad de diálogo entre Irán y el sexteto internacional sobre sus polémicos planes nucleares, Reino Unido atiza los temores y la desconfianza que suscita Teherán y sus posibles planes 'apocalípticos' en Occidente.
“Ellos [Irán] continúan su programa de armas nucleares. Si obtuvieran capacidad armamentística nuclear, entonces pienso que otras naciones del entorno de Oriente Medio querrían desarrollar armas nucleares”, explicó Hague en una entrevista con el periódico Daily Telegraph.
El ministro añadió que eso provocaría “una amenaza de nueva Guerra Fría”, lo que sería "un desastre" para las relaciones internacionales.
Gran Bretaña enfría los ánimos de Israel
Durante varios meses el mundo baraja las posibilidades de que Israel lance un ataque contra los sitios nucleares de Irán. De hecho, muchos observadores creen que éste escenario es sólo una cuestión del tiempo.
Aunque las autoridades iraníes recalcan los fines pacíficos de su programa, Tel Aviv y Washington no escatiman amenazas militares. Paralelamente, Teherán advierte que su respuesta sería “masiva” si le atacara EE. UU. La entrada este sábado en el mar Mediterráneo de dos buques iraníes con supuesto rumbo a Siria, previo consentimiento de Egipto, ha agudizado aún más la tensión en la zona.
Sin embargo, Gran Bretaña parece no apresurarse en unir su voz a la retórica amenazante de Estados Unidos e Israel, aunque sea el principal aliado de Washington en el mundo.
En la entrevista Hague destaca que su país ha exhortado a Israel a no golpear a Irán, porque si fuera “atacado militarmente”, las consecuencias serían “enormes”.
Mientras tanto, los países de Occidente siguen aumentando la presión contra Teherán, susceptibles ante la posibilidad de que la república islámica desarrolle una bomba atómica, sin prestar atención a las reiteradas declaraciones iraníes sobre el carácter no militar de su proyecto. Las suspicacias se fundamentan en un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), según el cual Irán desarrolló planes militares en la esfera nuclear en 2004.
Sin embargo, muchos analistas indican que el objetivo verdadero de la presión es el de cambiar el régimen en el país, y sospechan además que en las conclusiones del OIEA influyen países como EE.UU. y la UE, que lo financian y se oponen a Irán. “Quién paga la banda de música, también elige las canciones que esta va a tocar”, sostiene el periodista Ingo Niebel.