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Monsanto triunfa en California: los votantes optan por no etiquetar los transgénicos
El día de las elecciones presidenciales, la multinacional Monsanto y toda la industria de productos genéticamente modificados triunfó en California, donde la población rechazó el etiquetado de productos transgénicos.
Sobre la Proposición 37 de California, que fue diseñada para proporcionar más información a los consumidores sobre la presencia de los productos transgénicos en los alimentos, un 53% de los votantes optó por no saber de qué están hechos los alimentos.
El gigante estadounidense Monsanto donó más de 8 millones de dólares a la organización 'NO Prop. 37, Stop the Deceptive Food Labeling Scheme' que motorizó una campaña en contra del etiquetado.
Entre los inversores en la campaña, valuada en unos 45 millones de dólares, figuran gigantes de la industria tales como Dupont, Pepsico, Bayer y Coca-Cola, cada uno con una contribución de alrededor de 2 millones de dólares.
La portavoz de la organización contra la iniciativa, Kathy Fairbanks, dijo en numerosas ocasiones que el etiquetado era una propuesta anticientífica, que iba a provocar múltiples demandas millonarias y el aumento de los precios.
Los partidarios del proyecto se unieron bajo la organización 'California Right to Know' ('El derecho de California a saber') que recibió donaciones más moderadas, alrededor de 9 millones de dólares en total. Ellos sostienen que la proposición no lucha contra la ciencia, sino por la seguridad de los consumidores.
El gigante estadounidense Monsanto donó más de 8 millones de dólares a la organización 'NO Prop. 37, Stop the Deceptive Food Labeling Scheme' que motorizó una campaña en contra del etiquetado.
Entre los inversores en la campaña, valuada en unos 45 millones de dólares, figuran gigantes de la industria tales como Dupont, Pepsico, Bayer y Coca-Cola, cada uno con una contribución de alrededor de 2 millones de dólares.
La portavoz de la organización contra la iniciativa, Kathy Fairbanks, dijo en numerosas ocasiones que el etiquetado era una propuesta anticientífica, que iba a provocar múltiples demandas millonarias y el aumento de los precios.
Los partidarios del proyecto se unieron bajo la organización 'California Right to Know' ('El derecho de California a saber') que recibió donaciones más moderadas, alrededor de 9 millones de dólares en total. Ellos sostienen que la proposición no lucha contra la ciencia, sino por la seguridad de los consumidores.
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