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Rusia termina el despliegue del sistema GLONASS y ya no depende del GPS
El Sistema Global de Navegación por Satélite ruso (GLONASS) se ha desplegado totalmente y los 24 satélites que lo integran se utilizan ya para los fines previstos, ha informado hoy martes el centro de análisis de la Agencia Espacial Federal Rusa.
El mantenimiento técnico del satélite espacial Glonass M-743 se ha completado con éxito y el aparato funciona con normalidad. De este modo se ha puesto en funcionamiento el último de los 24 aparatos espaciales necesarios para la cubertura total de la Tierra.
Puesto en marcha en 1993, el GLONASS es análogo al GPS estadounidense que puede servir tanto para fines militares como civiles.
Aunque lanzado en 1993, el proyecto GLONASS, por una falta crónica de financiación, tan sólo pudo desplegar en la órbita terrestre hasta 2001 a seis satélites, lo que ni siquiera era suficiente para cubrir todo el territorio de Rusia. Fue entonces cuando el Gobierno se centró en este proyecto, aprobando un programa especial para su puesta en marcha.
Desde hace 12 años se realizaron 16 lanzamientos exitosos de satélites, mientras que uno terminó en fracaso: en diciembre de 2010 el cohete portador Protón-M cambió su trayectoria prevista y se estrelló con tres satélites Glonass-M cerca de las islas hawaianas, dando lugar a bromas sobre “la agrupación de satélites de navegación en el Pacífico”.
En la práctica, las características del GLONASS no difieren mucho de las del GPS: el sistema ruso funciona mejor en las latitudes polares, mientras que el estadounidense, lo hace más eficazmente en el centro. Ambos sistemas fueron concebidos originalmente como proyectos puramente militares, y su componente civil se ideó como otra aplicación con posterioridad.
En enero de este año se anunció la transferencia del control del sistema GLONASS de la agencia espacial rusa Roskosmos al Ministerio de Defensa.
Puesto en marcha en 1993, el GLONASS es análogo al GPS estadounidense que puede servir tanto para fines militares como civiles.
Aunque lanzado en 1993, el proyecto GLONASS, por una falta crónica de financiación, tan sólo pudo desplegar en la órbita terrestre hasta 2001 a seis satélites, lo que ni siquiera era suficiente para cubrir todo el territorio de Rusia. Fue entonces cuando el Gobierno se centró en este proyecto, aprobando un programa especial para su puesta en marcha.
Desde hace 12 años se realizaron 16 lanzamientos exitosos de satélites, mientras que uno terminó en fracaso: en diciembre de 2010 el cohete portador Protón-M cambió su trayectoria prevista y se estrelló con tres satélites Glonass-M cerca de las islas hawaianas, dando lugar a bromas sobre “la agrupación de satélites de navegación en el Pacífico”.
En la práctica, las características del GLONASS no difieren mucho de las del GPS: el sistema ruso funciona mejor en las latitudes polares, mientras que el estadounidense, lo hace más eficazmente en el centro. Ambos sistemas fueron concebidos originalmente como proyectos puramente militares, y su componente civil se ideó como otra aplicación con posterioridad.
En enero de este año se anunció la transferencia del control del sistema GLONASS de la agencia espacial rusa Roskosmos al Ministerio de Defensa.
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