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EE.UU. busca influir en la política de Corea del Norte a través de Pekín
Washington está presionando al nuevo presidente de China, Xi Jinping, para influir a través de él en la política del líder norcoreano Kim Jong-un y forzar a Pekín a conformarse con una mayor presencia militar estadounidense en la región.
Fuentes del diario ‘The New York Times’ en la Casa Blanca confirman una oleada de intercambios recientes que incluye una llamada telefónica del presidente Barack Obama a Xi y el viaje del secretario de Estado, John Kerry, a Pekín el 13 de abril. Además, en las próximas semanas se espera que muchos funcionarios estadounidenses de alto nivel partan a China para discutir con sus homólogos.
En mayo, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., general Martin Dempsey, pasará cuatro días en China para tratar de mejorar la comunicación entre los militares estadounidenses y chinos.
Los funcionarios de Washington dicen que han informado a los chinos en detalle sobre los planes de EE.UU. para mejorar las defensas de misiles y otras medidas para disuadir las amenazas de Kim Jong-un. El sistema de misiles Patriot ya se encuentra en la base aérea de Osan, en Corea del Sur.
Los contactos de Washington y Pekín no se limitan a los asuntos políticos. Cuando dos altos funcionarios estadounidenses viajaron a Pekín hace dos semanas para tratar de persuadir a China para imponer nuevas restricciones bancarias contra Corea del Norte, los líderes chinos mostraron poca voluntad de colaborar, dijo Marcus Noland, experto en Corea del Norte del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.
En el corto plazo, Washington intentará presionar a China para que sea más rigurosa durante las inspecciones aduaneras para impedir el flujo de bienes prohibidos a Corea del Norte, publica el diario. En términos más generales, la Casa Blanca quiere que China utilice su influencia sobre Kim Jong-un para persuadirlo en que cese sus provocaciones y acepte las negociaciones para renunciar a su programa nuclear.
Obama no tiene previsto reunirse con Xi Jinping hasta septiembre. El líder chino prefirió hacer su primera visita extranjera a Moscú.
En mayo, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., general Martin Dempsey, pasará cuatro días en China para tratar de mejorar la comunicación entre los militares estadounidenses y chinos.
Los funcionarios de Washington dicen que han informado a los chinos en detalle sobre los planes de EE.UU. para mejorar las defensas de misiles y otras medidas para disuadir las amenazas de Kim Jong-un. El sistema de misiles Patriot ya se encuentra en la base aérea de Osan, en Corea del Sur.
Los contactos de Washington y Pekín no se limitan a los asuntos políticos. Cuando dos altos funcionarios estadounidenses viajaron a Pekín hace dos semanas para tratar de persuadir a China para imponer nuevas restricciones bancarias contra Corea del Norte, los líderes chinos mostraron poca voluntad de colaborar, dijo Marcus Noland, experto en Corea del Norte del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.
En el corto plazo, Washington intentará presionar a China para que sea más rigurosa durante las inspecciones aduaneras para impedir el flujo de bienes prohibidos a Corea del Norte, publica el diario. En términos más generales, la Casa Blanca quiere que China utilice su influencia sobre Kim Jong-un para persuadirlo en que cese sus provocaciones y acepte las negociaciones para renunciar a su programa nuclear.
Obama no tiene previsto reunirse con Xi Jinping hasta septiembre. El líder chino prefirió hacer su primera visita extranjera a Moscú.
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