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La inteligencia británica 'confiesa' que espió al rey Eduardo VIII
El archivo nacional del Reino Unido publicó documentos clasificados de hace 70 años del servicio de inteligencia interna MI5 sobre Eduardo VIII. Testimonian que agentes del servicio interceptaron conversaciones del rey días antes de su abdicación.
"Esta información no se había revelado hasta ahora porque se trataba de algo muy difícil y muy delicado. No sabíamos qué hacer con ella", explicó al diario británico 'Daily Mail' uno de los historiadores que prepararon la publicación, Gill Bennett. De acuerdo con los documentos desclasificados, el Ministerio del Interior ordenó interceptar las llamadas del rey el cinco de diciembre de 1936, cinco días antes de que su abdicación fuera anunciada oficialmente.
Eduardo VIII en estos momentos se encontraba en su casa de campo, Fort Belvedere, y su enamorada, Wallis Simpson, en el sur de Francia con unos amigos. La orden prescribía escuchar secretamente las conversaciones entre Fort Belvedere, el Palacio de Buckingham, varias direcciones en Londres y parte de Europa.
Un mes antes el monarca había comunicado al primer ministro, Stanley Baldwin, que iba a casarse con Simpson, una estadounidense divorciada. Cabe recordar que en aquel entonces la Iglesia de Inglaterra no permitía a los reyes, por ser cabeza de la Iglesia, el matrimonio con personas cuyos conyuges divorciados estuvieran vivos. El gabinete de ministros fue unánime en declarar que la boda no podía tener lugar si el rey deseaba seguir en el trono.
El 10 de diciembre de 1936 Eduardo VIII firmó su abdicación. Su reinado duró 326 días. Los archivos publicados no contienen las transcripciones de sus conversaciones telefónicas pero sí una serie de órdenes policiales que muestran el secretismo con el que los ministros trataban el tema. Por ejemplo, el Ministerio del Interior ordenó interceptar dos telegramas que un periodista mandó a Suráfrica el 6 de diciembre informando sobre la posible abdicación antes de que esta se diera a conocer oficialmente.
Eduardo VIII en estos momentos se encontraba en su casa de campo, Fort Belvedere, y su enamorada, Wallis Simpson, en el sur de Francia con unos amigos. La orden prescribía escuchar secretamente las conversaciones entre Fort Belvedere, el Palacio de Buckingham, varias direcciones en Londres y parte de Europa.
Un mes antes el monarca había comunicado al primer ministro, Stanley Baldwin, que iba a casarse con Simpson, una estadounidense divorciada. Cabe recordar que en aquel entonces la Iglesia de Inglaterra no permitía a los reyes, por ser cabeza de la Iglesia, el matrimonio con personas cuyos conyuges divorciados estuvieran vivos. El gabinete de ministros fue unánime en declarar que la boda no podía tener lugar si el rey deseaba seguir en el trono.
El 10 de diciembre de 1936 Eduardo VIII firmó su abdicación. Su reinado duró 326 días. Los archivos publicados no contienen las transcripciones de sus conversaciones telefónicas pero sí una serie de órdenes policiales que muestran el secretismo con el que los ministros trataban el tema. Por ejemplo, el Ministerio del Interior ordenó interceptar dos telegramas que un periodista mandó a Suráfrica el 6 de diciembre informando sobre la posible abdicación antes de que esta se diera a conocer oficialmente.
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