Los dinosaurios también tenían piojos
Los científicos hallaron evidencias de que los piojos ya existían en la época de los dinosaurios, lo que los convierte en los primeros seres vivos en padecer esos parásitos.
El taxónomo del Museo de Historia Natural de Londres, Vincent Smith aplicó un nuevo método de investigación que se basa en la reconstrucción del árbol genealógico de los piojos. El equipo científico elaboró el árbol genealógico de esos insectos a partir de un fósil y de datos moleculares que obtuvieron tras comparar las secuencias genéticas de las 69 especies de piojos que existen en la actualidad. La conclusión es que los piojos se adaptan a tipo de piel o plumas de su anfitrión y de ese modo evolucionan junto con él.
Por ejemplo, la ladilla humana y el piojo del gorila provienen del mismo ancestro. Dado que ambas especies de primates partieron sus destinos hace siete millones de años, la conclusión no es que la divergencia de los parásitos acompañara a la de sus anfitriones; la verdad es que los humanos adquirieron sus ladillas fruto de algún contacto propicio con los gorilas. De esta forma la especie de ladilla humana refleja la disolución en la evolución de los primates y de los humanos. Igualmente comenzaron su evolución los piojos de los mamíferos y de las aves.
El árbol genealógico, basado en el análisis del ADN, puede ofrecer datos precisos, pero con la condición de la disponibilidad de los fósiles a investigar. El Doctor Smith tuvo la suerte de encontrar uno. Un fósil hermosamente preservado fue excavado en un cráter volcánico de Alemania. Este hallazgo aclara el origen del humilde piojo, cuya historia está extrañamente ausente del registro evolutivo.
La reliquia de 44 millones de años se parece notablemente a la moderna versión del come plumas que infesta a los patos y a otras aves costeras, y que es pariente de los chupa sangres que plagan a los mamíferos. Este hallazgo obligó a los científicos a repensar la antigüedad de este grupo de parásitos. Los piojos parecidos a este fósil existieron probablemente durante la época de los dinosaurios, que finalizó hace 65 millones de años. “Quizás el Tyrannosaurus rex no tuvo piojos, pero este pequeño amiguito fue probablemente el descendiente de un piojo que vivió como parásito de los primitivos dinosaurios emplumados como el Archaeopteryx“, dice Smith. “Desde que existen las plumas, también han existido los piojos”.