La película más taquillera del verano en China fue 'El estudio fotográfico de Nanjing' o conocida mundialmente por su nombre en inglés 'Dead to rights'. La historia trata sobre un grupo de personas que se esconde en un estudio fotográfico durante uno de los momentos más oscuros de la historia humana, la masacre de Nanjing.
La película forma parte de una serie de iniciativas en China por el 80 aniversario de lo que llaman "la Victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Invasión Japonesa y en la Guerra Mundial Antifascista". La segunda parte del nombre se refiere a lo que la gran mayoría del mundo llama "la Segunda Guerra Mundial".
China es una civilización acostumbrada a hacer memoria. El proverbio chino traducido como 'la experiencia pasada es la maestra del futuro' data del periodo de los Reinos Combatientes de alrededor del siglo IV al II a. C. Luego del llamado 'Siglo de Humillación', que terminó con la fundación de la República Popular China (RPCh), se repite mucho más, en especial, porque la década de 1930 fue, probablemente, el punto más bajo de la larga historia de 5.000 años de la civilización china. Entonces, no es sorpresa que millones de padres hayan llevado a sus hijos a ver la película, a pesar de su dureza.

La invasión japonesa empezó el 18 de septiembre de 1931. Hasta 1936, los japoneses avanzaron, aprovechando las divisiones internas de los chinos. Recién, en 1937, ambos países entraron abiertamente en guerra hasta 1945. En esos años, 35 millones de chinos perdieron la vida.
Luego de 1949, llegó el desarrollo exponencial y el compromiso del Partido Comunista de China (PCCh) de liderar el país hacia la revitalización nacional que, hoy, 80 años después, se hace más evidente. Para ello, la condición predominante ha sido siempre la paz. China solo pudo resurgir de las cenizas cuando terminó la guerra. Por ello, tienen un compromiso inquebrantable con la paz que trasciende sus fronteras.
Sin embargo, la situación caótica del mundo, promovida por los países occidentales con EE.UU. a la cabeza, muestra que se ha perdido el rumbo. El genocidio en Gaza o el apoyo estadounidense al rearme de Japón son dos muestras claras de que los sucesivos gobiernos en Washington han tergiversado los valores con los que se fundó el sistema de la ONU que, en China, sí se toman en serio.
De ahí que se haya decidido tener una actitud más asertiva hacia la defensa de la paz a nivel internacional y las conmemoraciones de este año hayan tenido un componente internacional. Por ejemplo, la película en mención incluye el rol de los extranjeros durante la barbarie en Nanjing.
Los medios chinos también han publicado artículos y documentales sobre diferentes extranjeros que tuvieron un rol tanto en el mismo escenario de la guerra como en la denuncia de lo ocurrido. En un simposio sobre comunicaciones en el marco de las conmemoraciones, se dijo que era momento de agradecer a todos los amigos extranjeros que se comprometieron con la causa china; sin embargo, este año no fue suficiente. A ello, debemos sumar algunas acciones diplomáticas que moldearon el orden internacional.
La iniciativa de gobernanza global
A inicios de este mes, China lanzó la iniciativa de gobernanza global (IGG) que se une a las de desarrollo, seguridad y civilizaciones que lanzó en años anteriores. Todas, propuestas que se articulan a la propuesta más amplia de construcción de una comunidad de futuro compartido (CFC).
En la IGG se afirma que el orden internacional tiene tres serias deficiencias. Primero, la subrepresentación del Sur Global. Segundo, la erosión de los principios y valores de la ONU. Tercero, la necesidad de que la institución tenga mayor efectividad. Es un reconocimiento claro a que el sistema de la ONU no está funcionando, pero que lo que se tiene que hacer es reformarlo y no abolirlo.
Las propuestas principales de la IGG son el compromiso por la igualdad soberana, el derecho internacional y el multilateralismo. Asimismo, se tiene que enfocar el trabajo más hacia el beneficio de los pueblos y brindar resultados reales.

Los chinos han estado discutiendo estos temas por años, pero recién los organizan en una propuesta para el resto del mundo. El documento de la IGG fue publicado en el marco de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), celebrada en China.
La OCS se guía por los valores del llamado 'espíritu de Shanghái', que son confianza y beneficio mutuo, consulta, respeto por la diversidad de civilizaciones y búsqueda de un desarrollo común. Es decir, valores opuestos al hegemonismo occidental.
Conseguir el apoyo de estos países, que representan a la mitad de la población mundial, para la IGG fue un paso fundamental. Fue una oportunidad de hacer memoria y de enfatizar los objetivos de trabajar por un mundo multipolar más representativo que garantice la paz y seguridad, derechos socioeconómicos y derechos humanos.
El desfile militar
Dos días después de la Cumbre, tuvo lugar el desfile militar. Aunque desde afuera pueda parecer contradictorio, en China no lo es. La paz no es un concepto maniqueo ni 'hippie'.
El 'Siglo de Humillación' enseñó a los chinos que, para hacer frente al imperialismo, ellos debían ser fuertes. La paz no se protege con palabras bonitas, sino con fuerza.
A finales del siglo pasado, cuando parecía que se estaban olvidando y disminuyeron su gasto en desarrollo militar, el bombardeo a su Embajada en Yugoslavia los volvió a encaminar.
En el desfile, el 84 % del armamento presentado era nuevo, entre los cuales estuvieron su triada de misiles intercontinentales: el DF- 61, JL-3 y el DF-31. También desfilaron por primera vez unidades como las de las fuerzas aeroespaciales y ciberespaciales. Mientras, en el estrado de Tiananmen, el presidente Xi Jinping observaba junto a los mandatarios de Rusia, la República Popular Democrática de Corea, Kazajistán e Indonesia, entre otros.
El mensaje era claro: podemos llevarnos bien, pero si quieren guerra, la van a tener. Estamos preparados para todas y no estamos solos. A diferencia de EE.UU., el Ejército chino se rige por el antiguo principio de Sun Tzu de "someter a los soldados del enemigo sin luchar". Es decir, hacer todo lo posible para evitar el enfrentamiento directo. Por ello, su desarrollo militar es defensivo y esperarán a que EE.UU. dé el primer paso.
Finalmente, cerraron el desfile con el coro cantando la 'Canción de la Paz'.
El mensaje parece haber calado. Según Politico, dentro del ahora llamado 'Departamento de Guerra', se están elaborando recomendaciones para cambiar de foco, de China hacia América Latina. Trump también dijo haber visto el desfile y compartió un 'post' despechado, diciendo que habían perdido a Rusia y la India frente a la "oscura China".
La guerra comercial
Luego de esta demostración, las negociaciones comerciales con EE.UU. cambiaron de dinámica. En Washington han bajado el tono beligerante, por ahora. El 'arancelazo' de abril fue un desastre para ellos. China no está comprando nada de soja estadounidense y los agricultores están desesperados. Si quieren provocar una guerra para distraer, ya saben que no la podrán ganar.
Aún no tenemos detalles de las negociaciones, pero se ha hablado de potenciales acuerdos, lo que significa que los chinos han hecho concesiones. La lógica es simple: conceder poco para evitar escaladas. Los chinos tienen claro que ellos están bien encaminados hacia la revitalización nacional y que una guerra alteraría los planes.
En cambio, los estadounidenses están en un camino de autodestrucción, tanto económica como socialmente. Parafraseando uno de los principios de 'Las 36 estrategias', cuando tu enemigo está cometiendo un gran error, aprovecha la situación para beneficiarte.
Ellos solo tienen que esperar y tienen toda la paciencia del mundo. La historia les ha enseñado que esta es la mejor manera de proceder.
Mientras tanto, ayer, 94 años después de aquel 18 de septiembre de 1931, los chinos volvieron al cine a hacer memoria. Esta vez, a ver una película sobre la Unidad 731, uno de los casos de la guerra bacteriológica de Japón. Los comentarios sobre la calidad de la película son mixtos, pero todos coinciden en un punto: hay que ir a verla para siempre tener presente la historia.