México: Brujería para todos los gustos
En México son millones de personas las que creen en la brujería y la han incorporado a su estilo de vida, ya sea desde simples técnicas para quitarle el hipo a un bebé con un hilo rojo o para descubrir si una mujer está embarazada, hasta rituales donde se permiten los sacrificios con tal de obtener un beneficio.
En el México prehispánico, los rituales eran la perfecta comunión entre el mundo sagrado y el profano. Mediante ceremonias sagradas llenas de misticismo, los dioses y los mortales se unían para mantener el ritmo del cosmos en perfecto equilibrio. Los grandes maestros entonces eran elegidos por las deidades. Así lo explica el difusor cultural y danzante mexica, Mario Coyote, quien realiza limpias energéticas en el centro de la capital del país.
"Para nosotros una limpia es una limpieza energética, ya que nosotros somos energía y nos movemos por energía, pero también sabemos que esa energía se nos ensucia con rencores, corajes, envidias, peleas. Los ancestros mexicas nos enseñaron estas prácticas para poder limpiar esa energía, ya que usamos los 4 elementos y también con las palabras, el rezo, la oración y las peticiones que se hacen esa energía cambia, se limpia y se vuelve a activar", asegura Coyote.
Liempiezas energéticas
El difusor cultural afirma que durante la época colonial las limpiezas energéticas fueron perseguidas con el propósito de "avasallar" y "exterminar" la cultura y a los pueblos locales. "Nuestra forma de rezarle al dador de la vida, de adorar a todos los elementos naturales" no coincidía con el dios de los "invasores", por lo que "ellos no aceptaban que nosotros tuviéramos varios tipos de adoraciones hacia la naturaleza", critica.
Según los historiadores, con la llegada de los españoles, las ofrendas indígenas fueron vistas como actos bárbaros y satánicos. La fe católica que buscaron imponer no sólo traía la imagen de Dios, sino también la del diablo, y aquellos actos que no eran del agrado de los españoles fueron perseguidos y condenados como actos satánicos. Además, todo aquello que parecía ser una adoración demoníaca se clasificaba como brujería.
"En realidad, la brujería se sustenta, literalmente, en creencias subjetivas. No porque la brujería no tenga un efecto real quiere decir que no sea un canal de la maldad, porque tanto quien hace la brujería como el que la manda hacer es una persona que tiene una intención de mal y eso sí existe", asegura por su parte el canciller de la Diócesis de Xochimilco, José Alberto Medel.
Hoy se aprovecha de la "ignorancia"
Y aunque Medel acepta que para las antiguas civilizaciones se trataba de un tema cultural, hoy la brujería podría tratarse de una seducción del diablo que se aprovecha de la "ignorancia" de las personas. "La brujería existe en cuanto hay quienes creen en eso y quienes la practican, claro que existe. Lo que la Iglesia no acepta, y no puede aceptar es que la brujería tenga el efecto que dicen que tiene, eso no", aclara.
La brujería en México, además de ser un sistema de creencias, es también un negocio altamente rentable y al alcance de todos los bolsillos. Una lectura de cartas puede costar unos 12 dólares, pero trabajos más especializados pueden alcanzar los 15.000 dólares. Tal es así que existen mercados dedicados a la venta de productos para todo tipo de trabajos y hechizos.
Uno de ellos se encuentra en Ciudad de México, el mercado de Sonora, también conocido como 'el mercado de los brujos'. Allí se puede encontrar cientos de productos, amuletos, etc., que, supuestamente, ayudan a encontrar trabajo, a deshacerse de un enemigo, a mejorar la salud o a encontrar pareja.
Según el artículo 24 de la Constitución mexicana, las personas tienen absoluta libertad religiosa y pueden practicar las ceremonias, las devociones y los actos de culto que elijan. Sin embargo, ante el creciente número de charlatanes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que los brujos, los espiritistas o los yerberos que se aprovechen de supersticiones de sus clientes podrían ser enjuiciados por fraude.