Programas
Economía mundial: nuevos desafíos
¿Cómo es posible que un foro económico en Rusia congregue a una gran cantidad de países, empresas e inversores cuando Occidente pensaba que iba a lograr el colapso de la economía de dicho Estado? Desde San Petersburgo Javier Rodríguez Carrasco analiza en 'El Zoom' cómo las sanciones occidentales se han convertido en un arma de doble filo para sus propias élites. ¿Por qué esas medidas punitivas contribuyen a la transformación del mundo hacia un nuevo modelo de desarrollo global?
Las sanciones occidentales han devenido en una suerte de bumerán con capacidad de revertirse a los sancionadores, al tiempo que han impulsado una transformación global que apunta hacia una reconfiguración de un nuevo modelo de desarrollo global robusto ante las manipulaciones políticas.
Una prueba de esto es Rusia, cuyo colapso económico ha sido vaticinado en varias ocasiones durante los últimos años sin que ello haya acabado por concretarse, pese a las duras penalizaciones impuestas por Occidente.
Desde otro costado, los países del Sur, amplia mayoría en el concierto de las naciones, han apostado de más en más por relaciones donde no se les impongan condiciones inaceptables de tintes neocolonialistas, orientadas al despojo de recursos y a la sumisión política.
En conversación con Javier Rodríguez Carrasco para El Zoom, Laureano Ortega Murillo, asesor para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de Nicaragua, aseguró que tales prácticas injustas aún tienen lugar en razón de la "mentalidad esclavista que perdura en EE.UU." que, a su vez, es herencia europea.
"EE.UU. está conformado por inmigrantes europeos, que eran esclavistas, y han mantenido esa visión del mundo, esa ideología, y está ahí presente en todas estas nuevas políticas que está implementando el presidente de EE.UU. [Donald Trump] en contra de los inmigrantes", argumentó el funcionario nicaragüense.
Resistencia a la agresión
Ortega Murillo aludió a los complejos nexos de su país con Washington, que ha sido problemática desde el siglo XIX, cuando ambos países eran apenas jóvenes repúblicas.
"Tuvimos un yanqui invasor que se autoproclamó presidente en los años 1800 y luego tuvimos toda la batalla que libró Sandino en contra de la intervención estadounidense". Además, la 'Revolución Popular Sandinista' actuó para derrocar la dictadura de Anastasio Somoza, "impuesta por EE.UU." y debió hacer frente a otra guerra propiciada por el presidente estadounidense Ronald Reagan, refirió.
La situación, recalcó, no ha mejorado en lo más mínimo desde 2007, con el regreso de los sandinistas al poder, en figura del presidente Daniel Ortega.
Empero, Managua ha logrado sortear el temporal. Para el asesor, ello ha venido dado por la aplicación de "herramientas gubernamentales", que se suman a la "cohesión en torno a un movimiento político" –el Frente Sandinista de Liberación Nacional– y "un elemento espiritual", que en el caso de la nación centroamericana se traduce en una historia de resistencia, "dignidad y soberanía".
"Obviamente, nos enfrentamos a un gran poderío militar y económico, que es EE.UU., y por eso es que nosotros venimos afianzando los lazos de cooperación con este nuevo eje, que son los BRICS, el gran liderazgo que llevan a cabo el presidente [Vladímir] Putin y el presidente chino Xi [Jinping], que nos tratan con respeto, nos tratan como iguales", valoró.
Claves para el Sur global
A su parecer, la Administración Trump arremetió contra China con una guerra arancelaria porque ve en el gigante asiático "la promoción del desarrollo de los pueblos y, especialmente, los pueblos del Sur Global. "Si nos liberamos de las cadenas del hegemonismo, entonces pierde poder EE.UU. y eso es lo que ve como gran amenaza", consideró.
Asimismo estimó que el mundo ya presencia el fortalecimiento de organizaciones alternativas a las heredadas del sistema Bretton-Woods, como los BRICS, la Unión Económica Euroasática, la Organización de Cooperación de Shanghái o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
"Nosotros desde la CELAC debemos mantener la unidad latinoamericana y caribeña. Es complejo, por supuesto, porque todos los pueblos tienen visiones, ideologías y políticas diferentes, pero creo que debemos de estar todos muy claros que tenemos un enemigo en común y es la pobreza […], históricamente creada y promovida por la visión imperialista, el dogma imperialista", apuntó.
Lejos de ver en la diversidad una fuente de conflictos, Ortega Murillo prefirió plantearla como fuente de "riqueza", donde pueden tener lugar las mejores expresiones de la humanidad.
"Lo que tristemente ha primado en esa mentalidad imperialista, es que el que piensa diferente es mi enemigo. Nosotros tenemos que vernos todos como la gran familia humana que somos, compartir, generar beneficios para todos. Ahí es donde nosotros vemos con suma esperanza el liderazgo del presidente Putin, del presidente Xi en China y de los países del Sur global, que aspiramos a tener estas relaciones basadas en el respeto", completó.
comentarios
