Sociedad
Embarca en un avión para ir a España pero vuela al Caribe
Lamenda Kingdon, una británica de 62 años, descubrió mientras sobrevolaba el Atlántico que su destino final sería unos 4.000 kilómetros más lejos de lo que había planeado.
La viajera se horrorizó cuando, tras contarle a otra pasajera lo mucho que anhelaba visitar España, descubrió que nunca llegaría al país ibérico en aquel avión. Resultó que, en lugar de ir a la histórica ciudad andaluza de Granada, su vuelo se dirigía a la isla caribeña homónima.
La turista británica había planeado el viaje a Granada, donde se encuentra el famoso palacio de la Alhambra, como una de las cosas que quería "hacer antes de morir", después de que le diagnosticaran cáncer de mama y un tumor cerebral. La mujer había reservado el viaje por teléfono aprovechando las millas aéreas Avios acumuladas por su difunto marido y, a causa de un malentendido, en vez de comprar un pasaje para un vuelo de dos horas al sur de España, adquirió un pasaje de diez horas hasta la isla caribeña de Granada, unos 4.000 kilómetros más lejos de donde quería ir en realidad. La señora Kingdon no se dio cuenta de que, en el billete que recibió, el nombre del lugar de aterrizaje se diferenciaba en una letra (la isla de Granada se conoce como 'Grenada' en inglés).
Tras embarcar en un avión de British Airways en Gatwick el mes pasado, la mujer no fue consciente de la situación hasta dos horas después de despegar. Después de almorzar y de tomar un 'gin tonic' empezó a conversar con la pasajera que estaba sentada a su lado, que comunicó a una azafata que su vecina de asiento creía que estaba dirigiéndose a España.
La tripulación ofreció a la señora Kingdon una butaca en primera clase y champán. En una parada programada en la isla de Santa Lucía, la viajera embarcó en un vuelo de regreso a Gatwick. Allí recibió las disculpas del personal de la aerolínea y al día siguiente, tras pasar la noche en un hotel con los gastos pagados, le devolvieron los puntos y se los canjearon por un vuelo hasta el aeropuerto español de Málaga, el más cercano a Granada.
Avios también se disculpó por el error y asignó a la señora Kingdon suficientes puntos para poder volar a su próximo destino soñado, Nueva Zelanda. Después de su regreso de la Granada europea, los oncólogos de la viajera le han dado el visto bueno y la señora Kingdon espera visitar el país oceánico el año que viene.
La turista británica había planeado el viaje a Granada, donde se encuentra el famoso palacio de la Alhambra, como una de las cosas que quería "hacer antes de morir", después de que le diagnosticaran cáncer de mama y un tumor cerebral. La mujer había reservado el viaje por teléfono aprovechando las millas aéreas Avios acumuladas por su difunto marido y, a causa de un malentendido, en vez de comprar un pasaje para un vuelo de dos horas al sur de España, adquirió un pasaje de diez horas hasta la isla caribeña de Granada, unos 4.000 kilómetros más lejos de donde quería ir en realidad. La señora Kingdon no se dio cuenta de que, en el billete que recibió, el nombre del lugar de aterrizaje se diferenciaba en una letra (la isla de Granada se conoce como 'Grenada' en inglés).
Tras embarcar en un avión de British Airways en Gatwick el mes pasado, la mujer no fue consciente de la situación hasta dos horas después de despegar. Después de almorzar y de tomar un 'gin tonic' empezó a conversar con la pasajera que estaba sentada a su lado, que comunicó a una azafata que su vecina de asiento creía que estaba dirigiéndose a España.
La tripulación ofreció a la señora Kingdon una butaca en primera clase y champán. En una parada programada en la isla de Santa Lucía, la viajera embarcó en un vuelo de regreso a Gatwick. Allí recibió las disculpas del personal de la aerolínea y al día siguiente, tras pasar la noche en un hotel con los gastos pagados, le devolvieron los puntos y se los canjearon por un vuelo hasta el aeropuerto español de Málaga, el más cercano a Granada.
Avios también se disculpó por el error y asignó a la señora Kingdon suficientes puntos para poder volar a su próximo destino soñado, Nueva Zelanda. Después de su regreso de la Granada europea, los oncólogos de la viajera le han dado el visto bueno y la señora Kingdon espera visitar el país oceánico el año que viene.
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