Sociedad
El mundo debe cambiar de dieta
Los gobiernos de todo el mundo necesitan promover una dieta sostenible para evitar el agotamiento de los recursos naturales a futuro, según un estudio divulgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Las bases ecológicas de las que dependen la agricultura y la pesca se encuentran en riesgo, asegura el informe emitido este jueves como parte de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, Río+20, que concluye este viernes en Río de Janeiro, Brasil.
Ante la necesidad de garantizar la alimentación para una población mundial de 7.000 millones de habitantes, que podría alcanzar los 9.000 millones en 2050, el Pnuma hizo una serie de recomendaciones entre las que figura la promoción de dietas sostenibles.
El Pnuma calcula que cerca de 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos, casi la tercera parte de la producción anual para el consumo humano, se pierde o se desperdicia.
Según el informe "Evitando el hambre en el futuro: fortaleciendo la base ecológica de la seguridad alimenticia mediante sistemas sostenibles", también es necesario "promover un menor consumo de carne y lácteos en los países desarrollados".
Entre los riesgos que amenazan a la sostenibilidad alimenticia figura el aumento del uso de agua para regar cultivos y los diferentes impactos de la agricultura sobre los ecosistemas, como la deforestación, la reducción de la biodiversidad, el aumento de plagas, la pérdida de la calidad de los suelos y la contaminación de los ríos.
La pesca está amenazada por la explotación del 53% de los recursos marinos y por la degradación de hábitats importantes para los peces. El 40% de los arrecifes de corales ya fue destruido o degradado, así como el 35% de los manglares.
La pesca en agua dulce, por su parte, está amenazada por la construcción de hidroeléctricas, que ya son comunes en el 50% de los mayores ríos del mundo.
Esas amenazas igualmente se agravan por el calentamiento global, que ha elevado la temperatura de los océanos provocado la muerte del 18% de los corales.
Además de dietas sostenibles, el informe también recomienda la adopción de prácticas agrícolas y de pesca menos degradantes, la construcción de centrales de almacenamiento refrigeradas para pequeños agricultores, el incentivo de prácticas de consumo que reduzcan el desperdicio y la eliminación de subsidios que fomenten la pesca predadora.
Ante la necesidad de garantizar la alimentación para una población mundial de 7.000 millones de habitantes, que podría alcanzar los 9.000 millones en 2050, el Pnuma hizo una serie de recomendaciones entre las que figura la promoción de dietas sostenibles.
El Pnuma calcula que cerca de 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos, casi la tercera parte de la producción anual para el consumo humano, se pierde o se desperdicia.
Según el informe "Evitando el hambre en el futuro: fortaleciendo la base ecológica de la seguridad alimenticia mediante sistemas sostenibles", también es necesario "promover un menor consumo de carne y lácteos en los países desarrollados".
La contaminación de suelos y ríos empeora la calidad de vida
Entre los riesgos que amenazan a la sostenibilidad alimenticia figura el aumento del uso de agua para regar cultivos y los diferentes impactos de la agricultura sobre los ecosistemas, como la deforestación, la reducción de la biodiversidad, el aumento de plagas, la pérdida de la calidad de los suelos y la contaminación de los ríos.
La pesca está amenazada por la explotación del 53% de los recursos marinos y por la degradación de hábitats importantes para los peces. El 40% de los arrecifes de corales ya fue destruido o degradado, así como el 35% de los manglares.
La pesca en agua dulce, por su parte, está amenazada por la construcción de hidroeléctricas, que ya son comunes en el 50% de los mayores ríos del mundo.
Esas amenazas igualmente se agravan por el calentamiento global, que ha elevado la temperatura de los océanos provocado la muerte del 18% de los corales.
Además de dietas sostenibles, el informe también recomienda la adopción de prácticas agrícolas y de pesca menos degradantes, la construcción de centrales de almacenamiento refrigeradas para pequeños agricultores, el incentivo de prácticas de consumo que reduzcan el desperdicio y la eliminación de subsidios que fomenten la pesca predadora.
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