La conductora de autobús Anzhelíka Kriachek interrumpió su ruta habitual para auxiliar a un niño que se había perdido en una calle de la ciudad rusa de Novokuznetsk, en el sur de Siberia, durante una fuerte tormenta de nieve. La mujer subió al menor al vehículo para protegerlo del frío y pedir ayuda, informaron el miércoles medios locales.
Kriachek dijo que alcanzó a ver al niño en medio de la ventisca, temblando y llorando. Enseguida, solicitó a los pasajeros que le ayudaran a subirlo al autobús. El pequeño contó que jugaba deslizándose cuesta abajo por unas colinas, pero no pudo explicar cómo había llegado tan lejos de su casa.
Tras ponerlo a salvo en el autobús con calefacción, la conductora lo llevó consigo hasta el final de su ruta y lo entregó a las autoridades para su identificación y dar aviso a sus familiares. "Cuando veo a un niño en peligro, se activa el modo 'soy mamá'", declaró Kriachek, quien es exprofesora de ruso y literatura con casi 20 años de experiencia.
