Al renunciar por completo al gas procedente de Rusia, Europa se verá obligada a depender de gas más caro, declaró este miércoles el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Comentando la decisión de la Unión Europea de prohibir cualquier suministro de gas ruso a partir de 2027, Peskov afirmó: "Esto significa que Europa dependerá de un gas que es más caro, y a veces mucho más caro, que el gas ruso. De este modo, Europa se condena a utilizar fuentes de energía mucho más caras".
De acuerdo con el vocero, la medida "tendrá inevitablemente consecuencias para la economía europea y reducirá la competitividad de Europa". "Esto solo acelerará el proceso, que se ha ido marcando en los últimos años, de pérdida del potencial de liderazgo de la economía europea", subrayó.
Previamente, la Comisión Europea publicó un comunicado en el que declaró que la UE "detendrá de forma efectiva y permanente la importación de gas ruso y avanzará hacia la eliminación gradual del petróleo ruso". Así, según el plan europeo, "se garantiza el fin gradual pero definitivo de las importaciones de gas ruso, con la eliminación progresiva de las importaciones de GNL [gas natural licuado] antes del 31 de diciembre de 2026 y del gas por gasoducto antes del 30 de septiembre de 2027".


